Hace casi dos meses,  27 organizaciones de productores de Estados Unidos, entre ellas la Corn Refiners Association, le expresaron a su secretario de Agricultura (Thomas Vilsack),  su preocupación por que sospechaban que el gobierno mexicano y los industriales azucareros habían armado desde el año pasado “campañas negras” para desacreditar al jarabe de maíz de alta fructosa proveniente de aquél país. A juicio de los especialistas mexicano, esta sospecha, es de “risa loca”, porque ni la secretaría de Economía, ni la Cámara Azucarera han tenido el valor de enfrentarse abiertamente a tan poderosa industria en Estados Unidos.

Decían los quejosos norteamericanos: A lo largo del año pasado, en violación de sus obligaciones de comercio, México comenzó la difusión de una campaña promovida por el estado en la que desacredita a los endulzantes de maíz de EU. Hay razones para creer que estas acciones fueron coordinadas con la industria azucarera mexicanas. Los comentarios públicos de forma incorrecta alegan que el jarabe de maíz que importa México de EU se encuentra subsidiado, en violación a las obligaciones comerciales y (a diferencia del azúcar) son responsables del daño a la salud, argumentando que el azúcar es natural mientras que los endulzantes hechos de maíz son productos químicos. Estos ataques han sido presentados en publicidad gubernamental en donde se califica al jarabe de maíz de alta fructosa como veneno, usando la imagen del cráneo con los huesos cruzados. Adicionalmente, los funcionarios mexicanos han desarrollado una campaña a favor del maíz nativo de México con la intención de eliminar el importado de EU. (hasta aquí el texto de los fructoseros).

Efectivamente, el presidente de la República ha dicho que el exceso de azúcares es dañino para la salud, y factor que incide en varios padecimientos como diabetes, sobre peso, obesidad; que los refrescos son “veneno puro” y otras ocurrencias. Pero los analistas no recuerdan que se haya referido específicamente al jarabe de maíz.

Por parte de los industriales azucareros mexicanos, sí han existido comentarios desde hace lustros por el daño que causa la ingesta de alta fructosa, pero la Secretaría de Economía nunca escuchó sus reclamos. Por otro lado, afirmar que hay campaña negra del gobierno en conjunto con industriales azucareros es medio falso. Más bien la Divina Providencia es la que les ha hecho el milagro de que el consumo de alta fructosa en México haya disminuido de manera importante.