La secretaría de Economía emitió un comunicado en el que recuerda que continúa la vigencia, hasta el 31 de mayo de 2021, para que en los puntos de venta final al consumidor puedan coexistir productos que cuentan con toda la información comercial y sanitaria en sus etiquetas, con aquellos que únicamente cumplen con el sistema de etiquetado frontal de la NOM-051.
Recordó que el pasado 31 de marzo de este año, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo Interinstitucional en el que la Secretaría de Economía y la Secretaría de Salud, a través de la Cofepris, y la Profeco, otorgan plazo al 31 de mayo de 2021 para la “coexistencia”. Entre los cambios que los consumidores podrán identificar están: denominaciones más claras y con un tamaño visible al consumidor, productos que son IMITACIÓN; se retirará el uso de personajes, dibujos animados, entre otros, en productos con sellos, esto para no fomentar su consumo en niños. En la lista de ingredientes también estarán los azúcares añadidos, así como la declaración de alérgenicos y una declaración nutrimental con base a 100 gramos o 100 mililitros en todos los productos. Pese a este avance, los escépticos consideran que de poco servirán los sellos de advertencia, pues la industria diversificó y modificó sus fórmulas a fin de que sus productos porten menos sellos. Prueba de ello es que empresas como Arca Continental, Bimbo y Coca Cola FEMSA reportaron buenos resultados en su primer informe trimestral enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
Por otro lado, El Poder del Consumidor denunció que las industrias de alimentos “chatarra” y bebidas encontraron una oportunidad para comercializar sus productos a través de las plataformas digitales del programa Aprende en Casa, violando los derechos a la salud y alimentación de niñas, niños y adolescentes en los espacios educativos. Los resultados del estudio exploratorio “Exposición de la infancia a la publicidad de comida chatarra en las plataformas digitales de Aprende en Casa”, realizado por El Poder del Consumidor, revelaron que por cada hora de navegación en las plataformas educativas, los estudiantes observaron entre uno y cuatro anuncios de alimentos y bebidas, llegando a ver en una jornada escolar hasta 20 anuncios de estos productos, lo cual contradice la postura del gobierno respecto a las campañas contra el consumo de dichos productos.